MEDICINA TRADICIONAL CHINA: la sabiduría oriental

Toda medicina es producto de una cultura y está firmemente enraizada en la forma de pensar y de sentir de un pueblo. La Medicina Tradicional China (MTC) no se deja trasladar sin su contexto ni es fácil hacer traducciones literales, en occidente transcribimos sonidos, los chinos se expresan en imágenes. Los diccionarios occidentales no tienen correspondencias fieles a sus ideogramas. Sus textos clásicos hacen continuas referencias al Yin, Yang, Xue, Jing, Qi, etc, términos que no se pueden traducir con una palabra explícita.

Por tanto no se trata de traducir palabras sino de interpretar conceptos, su comprensión requiere de una concesión mental para el que se adentra en su conocimiento. La anatomía china es energética, inmaterial, mientras que la occidental es orgánica y material y esto en ocasiones genera incomprensión para la mente analítica y racional.

La Medicina China se fundamenta en unas pautas holísticas, unas relaciones no causales, una lógica no lineal y una fenomenología no reduccionista, a diferencia de la medicina occidental basada en una causalidad lineal y cuando determinados fenómenos no encajan en las teorías científicas actuales son descartados sin mayor reparo. Durante muchos años esta técnica terapéutica ha sido catalogada como “placebo», fenómeno en el que se demuestra que el 30% de las personas se pueden llegar a curar a través de la mente o la fe en el tratamiento que reciben. Sin embargo, se ha demostrado que es una falsa creencia, porque los animales (que no pueden responder a la sugestión) también responden a las propiedades terapéuticas de la acupuntura y la Medicina China.

La Medicina Tradicional China contempla algo que en occidente ha pasado completamente inadvertido, el Qi. Qi se puede definir simplificándolo mucho como energía, y digo simplificándolo porque este concepto es amplísimo, la Medicina China entiende por Qi desde las funciones orgánicas, los líquidos que componen el organismo, la estructura física corporal, etc. hasta llegar al delicado e impalpable fluido que circula por la red de meridianos del cuerpo humano.

Estos meridianos son los canales por los que transita la energía en todo organismo vivo, no son palpables pero sí identificables con novedosos sistemas de cámaras termográficas de radiación infrarroja. En el año 2005 por primera vez tres investigadores alemanes del Instituto Internacional de Biofísica han descubierto que es posible fotografiar los meridianos de acupuntura indicando a la vez que los seres vivos son, permanentemente, la sede de una delicada actividad eléctrica.

Para la Medicina China todo es energía y su filosofía está basada en el sistema energético del cuerpo humano, algo que cada vez más está encontrando un mayor respaldo desde la física cuántica.

Para la MTC todo cuanto hay en el universo es Qi, pero con una vibración o densidad diferente; es Qi la sutil corriente de bioelectricidad que anima el cuerpo humano, pero también es Qi la estructura material de un hueso. Materia y energía son intercambiables en distintos estados de la frecuencia vibratoria, de la cohesión molecular depende que sea denso o sutil.

Esta forma de entender las cosas, dota a esta medicina, ancestral y novedosa al mismo tiempo, de una enorme versatilidad, que por supuesto pone el listón de sus posibilidades terapéuticas muy alto, casi ilimitado.

Cuando en occidente hablamos de fatiga, pérdida o aumento de peso o palpitaciones unidas a depresión hablamos de los síntomas físicos de un problema mental. Pero también podría ser al revés: la tristeza, la desmotivación, la ausencia de placer, podrían ser los síntomas mentales de un problema físico como una anemia. Para la Medicina China en realidad no se trata de una cosa ni de la otra, entendería que no hay diferencia entre ambas porque no discrimina entre cuerpo y mente, sólo entiende al ser humano en toda su integridad. Los síntomas emocionales y físicos son simplemente dos aspectos de un desequilibrio subyacente en el flujo energético de la persona.

Si dejamos de contemplar las estructuras sólidas que forman un cuerpo físico como estructuras puramente materiales y empezamos a pensar que no lo son tanto, que son en cierta forma maleables, que son energía condensada, nuestros conceptos más arraigados sobre la materia inmediatamente empezarán a cambiar; una enfermedad con deterioro orgánico ya no es sólo una enfermedad que está dañando al cuerpo, comienza a adquirir la forma de un desequilibrio, la energía condensada, que ha dado origen a la materia, se esta alterando, está perdiendo unas características particulares que podemos denominar estado de salud. Porque para la MTC la enfermedad tiene un recorrido, primero se produce un desequilibrio energético en el flujo del Qi, esto produce alteraciones en determinadas funciones orgánicas y esto sostenido en el tiempo puede acabar produciendo daños estructurales y orgánicos.

La comprensión de este estado de no materialidad absoluta de las cosas, nos abre una nueva puerta:

  1. Las cosas aparentemente densas, pueden ser afectadas por otras cosas mucho más sutiles.

  2. Las cosas sutiles se pueden alterar por la injerencia de las cosas densas.

Parece complejo ¿verdad? Pues no lo es tanto, tiene la sencillez de la simplicidad; si aplicamos los conceptos apuntados anteriormente resulta fácil deducir que lo sutil y lo denso son lo mismo, todo es Qi, vibración, energía, a su vez todo está interrelacionado y todo depende de todo, son conceptos que estamos aplicando en la práctica diaria, pero sin darnos cuenta.

Un ejemplo obvio lo podemos comprobar con el agua. Cuando exponemos un trozo de hielo a una fuente de calor, el hielo, materia densa, cambia de vibración, de estado, gracias a la acción de una energía sutil, de un Qi sutil -el calor- el hielo se transforma en agua; si la acción del calor continua, el agua se va a sutilizar más y va a mutar en vapor, si seguimos aplicando energía, el vapor mutará en plasma.

¿Cuál es el estado natural del agua? ¿Agua? ¿Hielo? ¿Vapor o plasma? O tal vez la pregunta correcta debería ser: ¿Cual es el estado natural del hielo, o del vapor o del plasma? No hay una respuesta tajante, la respuesta sería que el estado natural de cada uno de ellos dependería de las influencias del Qi, en este caso en forma de fuente de calor.

En nuestras latitudes el estado natural del hielo es agua, la acción del Qi, temperatura, así lo determina; en los polos el estado natural del agua es hielo, y en el cielo el estado natural del agua y el hielo es vapor, todo es relativo.

La aplicación de estos principios a la medicina, al arte de curar o más bien al arte de devolver el equilibrio perdido a un ser que sufre, dota a la Medicina China de una agudeza insospechada.

La MTC considera múltiples las causas por las cuales podemos enfermar y perder nuestro equilibrio energético. Las hay de origen exógeno, otras son de origen endógeno, y otras, mitad y mitad, es decir por una parte de origen interno y por otra parte externo.

Los agentes etiológicos naturales de origen exógeno capaces de producir enfermedad, son los factores meteorológicos: el viento, el calor, la humedad, la sequedad y el frío. Cada uno de ellos tiene sus señas de identidad, su modus operandi en el cuerpo humano, produciendo patologías de viento, de frío, etc. Hoy podemos comprobar como determinadas enfermedades reumáticas son agravadas en determinadas estaciones con determinados factores climáticos, así como también las alergias y la llegada de la primavera o el verano.

El cuerpo físico, denso, está siendo alterado por la acción de unas energías sutiles; estas energías externas están alterando su estructura física, literalmente nos enfermamos por la interferencia en nuestro equilibrio natural de los agentes antes mencionados, lo sutil está modificando a lo denso.

Los agentes etiológicos endógenos pueden relacionarse con factores emocionales y los endógenos-exógenos pueden ser, por ejemplo, los alimentos. Todo interactúa con el estado energético de la persona.

Los meridianos constituyen una red en la cual circula el Qi, la energía vital del organismo. No estan constituidos por materia en el sentido que se entiende habitualmente, sino por la energía vital que transportan. Hay una interrelación entre el recorrido energético de los meridianos y los órganos y vísceras de nuestro cuerpo. Dentro de estos meridianos se sitúan una serie de resonadores energéticos que son los puntos de acupuntura, acumuladores energéticos dentro de estos trayectos a través de los cuales podemos intervenir sobre los órganos, vísceras o estructuras afectadas.

La existencia del sistema de meridianos fue establecida por el investigador francés Pierre de Vernejoul, inyectando isótopos radiactivos en los resonadores energéticos de los seres humanos, siguiendo sus movimientos con una cámara especial de imágenes gamma. Los isótopos viajaban treinta centímetros a lo largo de los meridianos de acupuntura en lapsos de cuatro a seis minutos. Vernejoul desafió su trabajo inyectando isótopos en el torrente sanguíneo en diversas áreas del cuerpo, en forma aleatoria y no en los resonadores energéticos. Los isótopos no viajaban de la misma forma, indicando con ello que los meridianos en efecto, conforman un sistema de vías separadas dentro del cuerpo.

Hoy han sido identificados también los resonadores energéticos localizados con precisión exacta en el lugar que los chinos de la antigüedad los ubicaron dentro de esos meridianos. Se sabe que allá donde existe un punto de acupuntura hay una menor resistencia eléctrica de la piel (impedancia cutánea) comparado con la piel circundante y por tanto una mayor conductividad del impulso nervioso. A finales de la década de los 70, el Dr. Robert Becker y sus asociados, identificaron que los valores de resistencia de los puntos de acupuntura. Becker sugirió que los resonadores energéticos actúan como amplificadores de un semiconductor de Corriente Directa que viaja a lo largo de las células perineurales que envuelven a cada nervio del cuerpo, y comprobó que los puntos energéticos lo largo de los meridianos mostraban una conductividad eléctrica significativamente mayor que la de las zonas de piel neutra.

Esta conductividad depende del campo eléctrico interno, que está determinado por el patrón de interferencia de la superposición de las numerosas ondas. El patrón de ondas de una persona enferma tendrá una pauta diferente que el de una persona saludable y su regulación a través de la estimulación de estas áreas energéticas es la que permite la acción terapéutica de la acupuntura.

Hoy en día nadie duda del efecto analgésico de la acupuntura a través de su acción sobre estos resonadores energéticos. La analgesia se inicia en mediante la estimulación de los nervios musculares de pequeño diámetro, que envían impulsos a la médula y activan tres centros: la médula espinal, el cerebro medio y el sistema hipotálamo-hipofisario en el diencéfalo, los cuales liberan transmisores químicos como Beta-endorfinas en la sangre y líquido cefalorraquídeo creando un efecto analgésico al evitar que las señales entrantes de dolor lleguen al cerebro.

Por todo ello la sabiduría milenaria de la Medicina Tradicional China se ha extendido hasta nuestros tiempos, y más allá de ser una medicina es al tiempo una filosofía que entiende al hombre como un ser no aislado de su entorno, expuesto a las influencias magnéticas de la tierra y el cielo, un microcosmos fiel reflejo del universo que debe vivir en resonancia perfecta con todo lo que le rodea. Deriva de los conceptos del taoísmo que entendía el cuerpo humano, la salud y la enfermedad, en referencia constante a la naturaleza.

El taoísmo describe la figura del Tao, como creador de todo el Universo, como el principio del cielo y la tierra. La figura del Tao se describe como dos fuerzas opuestas y complementarias: el Yin y el Yang, que dan soporte a la base de los fundamentos de la Medicina China.

La sabiduría oriental gana adeptos día a día en todo el mundo. Oriente y todo lo que concierne a su filosofía despierta cada día más interés en las sociedades de occidente. La forma de entender el hombre desde la MTC es única. Siempre digo que conocer sus fundamentos nos ayuda a tener otra visión del mundo y del hombre, y que en la Medicina China se entra por curiosidad y curiosamente ya nunca se sale de ella porque su filosofía nos atrapa de tal manera que nuestros ojos nunca más volverán a tener la misma mirada sobre las cosas.

La MTC puede ayudarnos a entender aspectos de nuestra salud y de nuestras enfermedades que desde la óptica de la ciencia serían totalmente inexplicables. Tras conocer la Medicina China uno se pregunta cómo habrá sido posible su descubrimiento hace 5000 años y cuánto habremos perdido en el camino.