AURICULOTERAPIA: CIENCIA Y HERENCIA DE UNA TÉCNICA MILENARIA

 “Curar, a veces; paliar, a menudo; cuidar, siempre”

Aforismo medieval de SXVI

Existen varias zonas del organismo donde éste está representado, a estos lugares se les denomina somatotopías y podría decirse de ellas que son verdaderos hologramas, es decir, imágenes proyectadas de su totalidad si partimos del concepto de que “el Todo está en cada una de las partes y la parte está en el Todo”.

La ciencia que estudia este fenómeno de las somatotopías se denomina reflexología. Así podríamos hablar de los pies, las manos, el iris… y desde la Medicina Tradicional China hablamos también de la oreja como área refleja donde se proyecta toda nuestra anatomía.

Pero desde el diagnóstico diferencial oriental debemos entender que el ser humano que acude a este tipo de terapias no es sólo una oreja, aunque esta sea la parte del cuerpo en la que vamos a trabajar, sino con una mirada amplia y profunda que contemple todo lo que afecta en el plano espiritual, psíquico, emocional y físico y la auriculoterapia nos permite trazar una línea de armonía entre estos planos. Debemos tener en cuenta toda la sintomatología del paciente ya que distintas alteraciones pueden tener una causa común. La oreja será así el lugar de tratamiento y una importante herramienta de diagnóstico, ya que cuando una parte de nuestro organismo está alterada cambia su campo eléctrico reflejo y eso nos permite advertir desequilibrios incluso antes de producir las primeras manifestaciones físicas.

El punto auricular es una entidad histológica específica constituida de una arteriola, una venícula, un linfático y una extremidad nerviosa libre. Un punto del pabellón auricular que esté relacionado con una zona patológica puede ser detectado por el dolor y la sensibilidad de esa área ya que se ve perturbada la resistencia eléctrica de la piel.

Los orígenes de la auriculoterapia se remontan hasta hace casi 5000 años, es en la antigua China donde aparecen las primeras alusiones escritas, en el Canon de Medicina del Emperador Amarillo “Huang Di Nei Jing” 400 a.C, que viene a ser el libro de mayor relevancia dentro del campo de la acupuntura. Además se ha practicado en culturas y civilizaciones como el antiguo Egipto, Grecia, Roma…Hipócrates (460 a.C – 370 a.C) alude a esta técnica en la curación de distintas enfermedades en su libro “Los aires, las aguas, los lagos”, escrito tras su estancia en Egipto.

Por tanto estamos ante una sabiduría milenaria, legado que generación tras generación ha ido transmitiéndose entre seres humanos con el fin de ayudar en los distintos males y dolencias que aquejan al individuo.

En 1980, un estudio a doble ciego en la Universidad de California, verificó estadísticamente la exactitud del Auriculodiagnóstico, relacionando áreas específicas de elevado dolor con un incremento en la actividad eléctrica en la oreja, y se pudo comprobar que áreas del cuerpo con alguna disfunción podían ser correctamente identificadas en el pabellón auricular. Se inicia así la convergencia entre la evidencia empírica ancestral y la ciencia moderna, convergencia que ya había comenzado su andadura en los trabajos del Dr. Paul Noguier y R.J.Bourdiol, en Francia, a mediados del S.XX.

Tras varios años de investigación el Dr. Paul Nogier publica en 1958 su “Tratado de Auriculoterapia”, partiendo de antiguas fuentes y textos clásicos de la antigua China elaboró un método científico, riguroso, accesible y eminentemente práctico, adaptado al pensamiento occidental. Sus estudios fueron presentados en Francia, después en la Sociedad alemana de acupuntura y finalmente en China. Actualmente la OMS ha reconocido la auriculoterapia como técnica terapéutica.

Paul Noguier era un hombre guiado por la sed de conocimiento, heredero de una cultura científica por su padre y una cultura literaria por parte de su madre, y así se encontró frente a ese cruce de caminos donde se halla la medicina. Siempre vivió ansioso por comprender, por descubrir, por aliviar, por curar. Noguier constata que una estimulación eléctrica, mecánica o luminosa sobre el revestimiento de la oreja crea una respuesta vascular perceptible manualmente sobre las arterias, lo denominó VAS (Vascular Autonomic Signal). Su hijo denominó a este fenómeno fotopercepción cutánea y plantea la hipótesis de que la secreción de los neuromediadores químicos de todo el sistema nervioso (periférico y central) dependa parcialmente de la fotopercepción cutánea.

La inervación de la oreja es significativa: la rama anterior auricular del nervio temporo-auricular del trigémino, la rama auricular del nervio vago, la rama auricular del nervio facial, el nervio auricular mayor y el nervio occipital menor. Esto hace que las estimulaciones producidas en esta región anatómica tengan una repercusión directa con el cerebro, donde parece ser que en su respuesta produce un aumento de péptidos endógenos, como endorfinas y encefalinas, a la par que aumenta la secreción de neurotransmisores como serotonina, acetilcolina o dopamina, que a su vez tienen mucha relación con los resultados que se obtienen.

Entre las infinitas ventajas que pueden atribuirse a la auriculoterapia destacan su facilidad de uso y aprendizaje, sus rápidos resultados, sus escasas contraindicaciones, su compatibilidad con cualquier otra terapia reforzando los resultados y el ser una técnica válida para el diagnóstico, la prevención y la terapéutica. Por tanto es una técnica que puede emplearse de manera aislada o paralelamente con otras favoreciendo así una más rápida recuperación por parte del paciente.

Sus resultados son muy positivos en patologías del aparato respiratorio, alergias, alteraciones hormonales, dolores articulares y musculares, problemas óseos, trastornos psíquicos, adicciones (tabaco, comida, alcohol) y un largo etcétera. También en cuadros agudos como ciáticas, lumbalgias, cervicalgias, etc. incluso se ha creado la anestesia mediante auriculoterapia para hacer extracciones dentales.

En la práctica de la auriculoterapia los acupuntores chinos han curado no solamente algunas enfermedades funcionales, sino también algunos trastornos orgánicos y enfermedades de las denominadas “incurables”: hemorragia uterina funcional, anexitis, Síndrome de Meniére, neurodermatitis, prurito cutáneo, rinitis anafiláctica, impotencia, parotiditis, otitis, etc, están entre algunos de sus éxitos.

Pero la gran ventaja de la auriculoterapia es que no necesita de los conocimientos anatomofisiológicos de la Medicina China para su práctica, esto llevaría años de formación, hoy en día es una técnica que puede aprenderse fácilmente bajo unas instrucciones sencillas y unas prácticas adecuadas. Además la inversión para su ejercicio es mínima y no necesariamente hay que recurrir a la implantación de agujas en el pabellón auricular también puede ejercitarse, con el mismo grado de eficacia, mediante la inserción de semillas o imanes de pequeño diámetro en la zona específica de la oreja. El hecho de que el paciente pueda llevarse puestas unas semillas, chinchetas o imanes, en el pabellón auricular tras la aplicación de nuestros tratamientos permite que su efecto prolongue sus beneficios más allá de la consulta.