AZÚCARES NATURALES Y QUÍMICOS

Existe en el mercado una gran variedad de sustancias edulcorantes y distintos tipos de azúcares, unos naturales y otros químicos, que utilizamos a menudo o que la industria alimentaria nos ofrece para la vida diaria. En muchas ocasiones no tenemos conocimiento de los pros y las contras de utilizar unos u otros y existe gran confusión y desinformación al respecto, por eso en este artículo pretendo hacer un viaje por las dulces estanterías de los mercados y herbolarios tratando de aportar un poco de claridad en este complejo tema.

Azúcar blanca refinada: este dulce veneno blanco se trata de sacarosa refinada, C12H22O11, producida por un proceso químico múltiple del jugo de caña de azúcar o de la remolacha y en el que se ha eliminado toda la fibra y las proteínas, así como las vitaminas y minerales, por lo que se convierte en un alimento totalmente desnaturalizado. Cuando el nivel de azúcar en la sangre es relativamente bajo tiende a desvitalizar las células del cuerpo, especialmente las células cerebrales que son grandes consumidoras de glucosa, entonces entendemos que el cuerpo nos pide azúcar (sacarosa), cuando realmente lo que necesitamos es glucosa. Esta glucosa se encuentra en frutas, verduras y cualquier fuente de carbohidrato, pero al ingerir azúcar sacarosa producimos una hiperglucemia que a corto plazo nos hará sentirnos muy bien y posteriormente se producirá una descarga de insulina proporcional a los altos niveles de glucosa favoreciendo nuevas hipoglucemias.

Mientras la glucosa es absorbida por la sangre, nos sentimos animados. Sin embargo, a este impulso energético le sucede un estado depresivo, cuando se reducen los niveles de glucosa sanguínea. Entonces estamos inquietos, irritables, se puede generar una crisis de ansiedad e incluso un ataque de pánico en los cuadros más agudos. Además el azúcar es uno de los factores principales de la caries dental, causa obesidad y sobrepeso, y se relaciona con favorecer algunas de las enfermedades más desarrolladas en nuestros tiempos: diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas.

Azúcar integral de caña: se extrae siempre de la caña de azúcar, ya que el de remolacha tiene un sabor desagradable. Mantiene todos los componentes de la caña de azúcar, aporta algunas vitaminas del grupo B, vitamina A, C, D , E y distintas sales minerales que pueden alcalinizar el pH. En algunas ocasiones se hace un azúcar moreno refinado, cuanto más refinado esté más se parecerá al azúcar blanco aunque cambie su color, por eso deberíamos consumir siempre el azúcar integral de caña, y cuanto más oscuro sea su color más saludable será su consumo.

Sacarina: Se trata del aditivo E-954. Se obtiene de forma artificial a partir del Toluol y el anhídrido del ácido ftálico. Su poder edulcorante es entre 400 y 500 veces suprior al azúcar sacarosa y su consumo habitual se debe a que es acalórica, es decir, no aporta calorías. Debido a las sospechas de ser un producto cancerígeno está prohibida en Francia y Canadá, mientras que en EEUU los productos que contienen sacarina deben advertir en la etiqueta “este producto puede ser peligroso para la salud”.

Fructosa: Es el azúcar contenido en las frutas, cuando consumimos frutas frescas naturales consumimos la fructosa que estas contienen, a ella se debe el sabor dulce de la fruta. Sin embargo la fructosa que se comercializa en polvo produce una glicación (unión de un azúcar con una proteína, que se convierte en algo sumamente inflamatorio) 5 veces mayor que la glucosa. Producirá enfermedades arteriales mayores que la glucosa. Consumir fructosa en diabéticos agrava los síntomas vasculares. Si se toma fructosa a partir de las frutas no se produce glicación. Las personas que toman fructosa química pueden desarrollar algunas alteraciones como retinitis, etcétera. Aunque la fructosa tenga un índice glucémico bajo debe evitarse porque la célula cuando genera energía lo hará a partir de glucosa no de fructosa, las enzimas tendrán que hacer aumentar la para convertirla en glucosa.

Miel: fluido espeso producido a partir del néctar de las flores por las abejas, dependiendo de estas flores puede tratarse de miel de romero, de espliego, de encina, de eucalipto, etc. Tiene menos calorías que el azúcar y tiene grandes propiedades antibacterianas. En la cultura popular se ha utilizado tradicionalmente para combatir resfriados, gripes, catarros, asma, sinusitis, etc, cada una de ellas con propiedades terapéuticas diferentes. En el caso de la bacteria gástrica Helicobacter Pilory hay un tipo de miel, la miel de Manuka, que por sus propiedades antibacterianas puede ayudar a neutralizar esta bacteria. Nutricionalmente hablando destacan los azúcares, ácidos orgánicos (cítrico, láctico, fosfórico), vitaminas (C, B1, B2, B3, B5), ácido fólico, minerales (fósforo, calcio, magnesio, silicio, hierro, manganeso, yodo, zinc, oro y plata), aminoácidos esenciales, esteroles, fosfolípidos, flavonoides, polifenoles y enzimas.

Stevia: La planta de stevia, tradicionalmente utilizada por las poblaciones indígenas sudamericanas. La stevia es 300 veces más dulce que el azúcar, por ello se le considera un sustituto natural del azúcar.

La stevia resulta ideal para los diabéticos ya que no sólo es tolerada por estos sino que además mejora el funcionamiento pancreático y ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. La stevia está indicada también en las dietas de adelgazamiento, pues reduce la ansiedad por la comida y el deseo de tomar dulces y grasas. No contiene calorías, es acalórica.

Entre los principales compuestos químicos de la stevia, se encuentran rebaudiósidos A y E, dulcósido y esteviósido. El esteviósido es un glucósido presente en gran porcentaje en las hojas de la stevia, responsable de su sabor dulce que actúa directamente en las células beta del páncreas, generando una secreción considerable de insulina.

La stevia contiene también aceites esenciales, sustancias flavonoides, vitaminas, minerales, taninos, calcio, zinc, potasio, sodio y magnesio. Distintos estudios remarcan sus beneficios como antibacteriano, hipoglucemiante, hipotensor leve, regulador osmótico suave, así como purificador de la sangre.

Sirope de ágave: es un jugo vegetal dulce que se extrae del agave, una especie de cactus o planta del desierto, originaria de América tropical y subtropical y el Caribe. Tiene el doble de poder edulcorante que el azúcar blanco sacarosa y se dice que puede ser mejor tolerado por las personas diabéticas que otros azúcares, ya que no afecta tanto a los niveles de azúcar en sangre como el azúcar, porque tiene un índice glicémico bajo. También es rico en frustooligosacáridos, sustancias con función prebiótica a las que se atribuyen beneficios para la salud intestinal y el sistema inmunitario. Sin embargo hay algunos siropes de agave tan altamente refinados que su composición acaba siendo 100 % fructosa, así que a estos no se les podría atribuir la riqueza y los beneficios de los fructooligosacáridos.

Xilitol: Es un azúcar natural que se encuentra en distintas frutas y verduras: coliflor, arándanos, fresas, maíz y madera de abedul, que es de donde se extrae para su comercialización por razones económicas. Tiene una capacidad de endulzar muy similar al del azúcar blanco sacarosa y es apto para diabéticos ya que no incide sobre los niveles de glucosa (su índice glucémico es de 8, muy bajo) ni de insulina.

Es antimicrobiano y produce un importante efecto prebiótico, muy beneficioso a nivel intestinal.