En los últimos tiempos venimos asistiendo a una persecución de las llamadas terapias alternativas o naturales por parte de algunos organismos oficiales de la medicina convencional. La creación de la Organización Médica Colegial (OMC) con el fin de perseguir y denunciar cualquier práctica profesional que se salga de lo establecido pone de relieve la agitación de los momentos convulsos que vivimos.
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) aboga en su estrategia 2014-2023 por la Medicina Tradicional y Complementaria (MTC), la OMC de nuestro país inicia una persecución salvaje y despiadada opuesta a sus recomendaciones. Según indicaciones de la OMS: “Se debe ayudar a los Estados Miembros a desarrollar políticas dinámicas y aplicar planes de acción que refuercen el papel de la medicina tradicional en el mantenimiento de la salud de las personas”(…) y alentar a los profesionales sanitarios convencionales a que amplíen sus conocimientos sobre utilización de la Medicina Tradicional y Complementaria (MTC)”.
Pseudociencia o pseudoterapia es como la OMC define a todo lo que no tenga que ver con la medicina farmacológica, entendiendo de esta forma que todo lo que un fármaco no pueda hacer en una enfermedad no hay nada que pueda hacerlo. Si alguien se cura con medicina natural u homeopatía se atribuye dicho beneficio al efecto placebo, la dificultad radica en justificar dicho efecto placebo en la curación de bebés y animales, que en absoluto pueden ser sugestionables.
A menudo escuchamos aquella cantinela de “no está científicamente demostrado”, expresión falsa y reduccionista que muestra un gran desconocimiento de la multitud de estudios que amparan estas medicinas, si entendemos por medicina aquella que es capaz de curar, estudios todos ellos independientes y libres de intereses financieros, porque no hay que olvidar que los principios activos de los productos naturales no son patentables, razón por la que la industria farmacéutica no tiene ningún interés en investigarlos. Podrían decir que desconocen o no tienen interés en conocer dichos estudios pero no negar su existencia. Por mucho que se repita una mentira nunca se convertirá en una verdad, si acaso generará confusión pero mentira será.
Y toda esta persecución se hace en nombre de la ciencia de tal forma que parece que la batalla que se libra es entre la ciencia y los que están contra ella. Porque la medicina convencional se ha atribuido el calificativo de ser una medicina científica, y así es como la entiende la sociedad, escapando a este apelativo toda medicina que no utilice medicamentos de síntesis en el abordaje de cualquier enfermedad.
Y no es verdad. Nadie cuestiona la ciencia, de hecho sirve y ha servido de impulso al desarrollo y el conocimiento de nuestra sociedad. Nadie cuestiona la ciencia en el campo de la física, de la astronomía o de las matemáticas…El error está en entender como evidencia con base científica gran parte de los medicamentos que se comercializan hoy en día y la medicina farmacológica que se practica.
Vamos a dar diez datos y referencias científicas al respecto a modo de ejemplo, quien quiera consultar las fuentes de estas publicaciones tiene abajo las referencias:
- Según un estudio publicado en 2016 en British Medical Journal (BMJ) medicamentos y la práctica médica es la tercera causa de muerte en EEUU, después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. (1)
El médico danés Peter C. Gøtzsche, uno de los “padres” de la MBE, explica y documenta en su libro Medicamentos que matan y crimen organizado. Cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud, cómo hemos llegado a una situación en al que sólo en EEUU mueren cada año 200.000 personas por los daños de los fármacos.
- Las personas que consumen antidepresivos tienen una mayor tendencia al suicidio y según un metaanálisis de un estudio publicado por Peter C. Gotzche en Royal Society of Medicine esto no se produce por la propia enfermedad, como todos podríamos pensar, sino por los fármacos que se les prescribe. (2)
De hecho entre los efectos secundarios de la mayor parte de los antidepresivos podemos encontrar en el prospecto frases como: “riesgo de efectos adversos como intentos de suicidio, ideas de suicidio y hostilidad (predominantemente agresión, comportamiento de confrontación e irritación)”. Sin embargo, el consumo de psicotrópicos sigue en aumento cada año.
- Una publicación reciente, octubre 2017, en British Medical Journal (BMJ) muestra cómo la mayoría de los nuevos medicamentos contra el cáncer no están logrando ningún beneficio clínicamente significativo. Entre 2008 y 2012 la FDA aprobó la mayoría de los nuevos antineoplásicos sin evidencias de que mejoraran la supervivencia o la calidad de vida (67%, 36/54). Entre las 36 aprobaciones de este tipo, sólo cinco (14%) demostraron tras 4,4 años en el mercado resultados positivos. (3)
Además hay que tener en cuenta que el costo promedio de los nuevos medicamentos contra el cáncer sobrepasan los 85.000€ por año de tratamiento. Y según los propios investigadores: «Cuando los medicamentos caros que carecen de beneficios clínicamente significativos son aprobados y reembolsados dentro de los sistemas de salud financiados con fondos públicos, los pacientes pueden ser perjudicados, los recursos desaprovechados y el suministro de atención equitativa y asequible se socava«.
- En un estudio publicado en The British Journal of Psychiatry en el año 2003 se llega a la conclusión de que los resultados de la literatura y las citas de los artículos vinculados a la industria y los no relacionados con la industria difieren.
Los asistentes editoriales o escritores no reconocidos a los autores académicos -los llamados ghostwriters– suelen ser empleados por agencias de comunicación médica que trabajan para compañías farmacéuticas. Se trata de médicos que cobran hasta 50.000 dólares por firmar artículos ya preparados por las empresas farmacéuticas y esto es una práctica habitual incluso en las revistas científicas de mayor prestigio mundial. (4)
David Healy y Dinah Cattell informaron que casi el 50% de los textos relacionados con fármacos estaban elaborados por ghostwriters.
Flanagin et al ( 1998 ) informaron que hasta el 11% de los artículos publicados en seis revistas revisadas por pares en 1996 involucraron el uso de escritores fantasmas. Y esta es la ciencia que soporta la psiquiatría actual.
- En septiembre de 2015, “The Atlantic” publicó un artículo analizando el aumento de estudios científicos cuyos datos presentaban irregularidades, a partir de la retractación que la prestigiosa revista “Science” realizó sobre una investigación que había recogido en su volumen de mayo. En el texto se señalaba cómo en 2012 un investigador de la compañía biotecnológica Amgen intentó reproducir 53 estudios clave sobre el cáncer pero sólo pudo replicar 6, además de citar algunos casos más de investigaciones con cifras manipuladas. (5)
Estas prácticas desgraciadamente son frecuentes debido a la competencia entre científicos por los puestos de trabajo académicos y por la búsqueda de financiación y la necesidad de publicar para existir en el campo de la ciencia.
- En un estudio publicado en mayo de 2009 se analizó la frecuencia con que los científicos fabrican y falsifican datos, o cometen otras formas de mala conducta científica. Aproximadamente el 2% de los científicos admitió haber fabricado, falsificado o modificado datos o resultados al menos una vez y hasta un tercio confesó haber ejercido una variedad de prácticas de investigación cuestionables y cambiar el diseño, la metodología o los resultados de un estudio en respuesta a las presiones de una fuente de financiación. (6)
- Estudio publicado en US National Library of Medicine National Institutes of Health. Más de 4400 estudios habían sido retirados hasta 2011. Los autores hablan de un crecimiento general de la literatura publicada del aumento en el número de retracciones en los últimos 10 años. El papel central de las autoridades locales en la investigación y la presentación de pruebas en casos de presunta mala conducta se mencionó en una proporción elevada (38%) de esos casos. (7)
- Un estudio de 2012 en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias revisó 2.047 retracciones de artículos biomédicos y de ciencias biológicas y reveló que sólo el 21,3% de las retracciones fueron atribuibles al error, errores directos. En contraste, el 67,4% de las retracciones se debieron a mala conducta, incluyendo fraude o sospecha de fraude (43,4%), publicación duplicada (14,2%) y plagio (9,8%). Los anuncios de retractación incompletos, poco informativos o engañosos han llevado a una subestimación previa del papel del fraude en la epidemia de retracción en curso. El porcentaje de artículos científicos retractados por fraude se ha multiplicado por 10 desde 1975. (8)
- Más de 100 artículos, en concreto 107 artículos, han sido recientemente retirados de la revista Tumor Biology tras descubrirse que los autores fingieron el proceso de revisión por pares. Desgraciadamente esto no es un hecho aislado, el año pasado fueron retirados otros 25 artículos en la misma revista. (9)
- Las reacciones adversas a los medicamentos han alcanzado proporciones epidémicas y aumentan al doble del ritmo de prescripción. La Comisión Europea estimó en 2008 que las reacciones adversas matan anualmente a 197.000 ciudadanos de la UE, por un coste de 79.000 millones de euros, como puede leerse en la carta abierta publicada en 2011 en The Lancet por una serie de investigadores ingleses al primer ministro David Cameron. (10)
En ella se dice que las reacciones adversas a los medicamentos han alcanzado proporciones epidémicas y están aumentando al doble de la tasa de prescripciones. La Comisión Europea estimó en 2008 que las reacciones adversas matan anualmente a 197.000 ciudadanos de la UE, con un coste de 79.000 millones de euros. (11)
Y que el costo de los nuevos medicamentos está aumentando de manera insostenible, creando una carga cada vez mayor sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS). Mientras tanto, muchas enfermedades cada vez más frecuentes, como la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, muchos cánceres y accidentes cerebrovasculares, permanecen sin tratamientos adecuados. (12)
Y aquellos que se atribuyen la bandera de la ciencia farmacológica es esto lo que defienden, esta ciencia manchada, manipulada y arbitraria al servicio de los intereses de quien la financia. Porque los estudios que se hacen sobre los medicamentos los hace la misma empresa que tiene un interés en comercializarlos, por tanto no son estudios independientes por absurdo y sorprendente que parezca.
Mientras en el resto de Europa y en los países más desarrollados como EEUU, Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra, etc, las medicinas alternativas se encuentran en pleno auge de crecimiento en España, “Spain is different”, se persiguen y los profesionales que la ejercen se someten a una campaña de desprecio personal y profesional. En Europa hay 140.000 médicos y 160.000 profesionales no médicos que ejercen estas medicinas y viven gracias a los resultados, no gracias a las subvenciones.
Como dice José Antonio Campoy, director de la revista Discovery Salud, la industria farmacéutica utiliza las asociaciones llamadas científicas, las asociaciones profesionales y las asociaciones de enfermos (muchas de ellas han sido creadas por ellos y otras son financiadas por ellos). A través de estas asociaciones y con la colaboración de la mayor parte de los medios de comunicación (tentáculos difusores al servicio de esta gran industria) han generado una gran campaña de desinformación y desprestigio sobre las llamadas “Medicinas Alternativas o Complementarias”.
Antiguamente la industria farmacológica inventaba medicamentos para curar enfermedades, hoy inventa enfermedades para vender medicamentos, y no sólo eso, es sabido que paga y adultera estudios, financia empresas de comunicación, compra políticos… el poder de estas grandes multinacionales que están referenciadas en el mercado bursátil es ilimitado y no tiene control.
Por eso a menudo asistimos a la retirada de un nuevo fármaco que anteriormente había superado los rigurosos estudios científicos a los que se somete cualquier medicamento antes de su aprobación, es el caso de Vioxx, Myolastan, Talidomida, Essure, Cerivastatina, Valdecoxib, Pemoline, Isotretinoína, etc. Todos ellos han sido retirados por presentar serios daños contra la salud, en algunos casos incluso la muerte, sin embargo habían superado el filtro de todos los estudios científicos en sus distintas fases. Por tanto, permítanme decirle a aquellos que dicen la ciencia es ciencia y por tanto no es opinable que estoy de acuerdo con ellos, siempre y cuando por ciencia no se entienda lo que hay detrás de un medicamento.
Se debe exigir rigor científico a lo que se considera ciencia, pero también ser debe admitir que el método científico no se puede aplicar a todo ni lo puede explicar todo, que tiene sus lagunas. Se debe respetar el conocimiento tradicional, el valor empírico de lo que a lo largo de los siglos ha estado ayudando a las distintas generaciones, lo pueda explicar la ciencia o no lo pueda explicar. De lo contrario en nombre de la ciencia estaremos llevando de nuevo a la hoguera a aquellos que no comulgan con una idea impuesta ¿No puede ocurrir que lo que hoy se considera científico mañana sea contemplado como desfasado y obsoleto? ¿No podría ocurrir a la inversa, que lo que hoy se considere falto de evidencia científica mañana sí la tenga?
Habrá que perseguir la mala praxis pero no destruir una medicina milenaria (como es el caso de la medicina natural, la medicina tradicional china o la medicina ayurvédica) o bicentenaria (como la homeopatía), y habrá que respetar que existan formas diferentes de entender la salud y la enfermedad como aquellos que defienden los postulados hipocráticos “Primum non nocere” (Primero no hacer daño), habrá que perseguir también esa mala praxis en los profesionales sanitarios que no actúan con la debida profesionalidad, a los laboratorios farmacéuticos cuando atentan contra la ética y los intereses económicos prevalecen sobre la salud de la sociedad o a los políticos que legislan bajo el soborno de los lobbies, pero a estas alturas no pretendan ustedes instaurar un pensamiento único, no me venda su panfleto cientificista como una verdad irrefutable, porque eso es propio de otros tiempos y de otras áreas geográficas en las que aún no nos encontramos.
REFERENCIAS:
(1) Medical error—the third leading cause of death in the US BMJ 2016; 353 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.i2139 (Published 03 May2016), BMJ 2016;353:i2139
(2)“Precursors to suicidality and violence on antidepressants: systematic review of trials in adult healthy volunteers”.
Andreas Ø Bielefeldt1 , Pia B Danborg1,2 and Peter C Gøtzsche1 1 Nordic Cochrane Centre, Rigshospitalet, 2100 Copenhagen Ø, Denmark 2 Faculty of Health and Medical Sciences, University of Copenhagen, 2200 Copenhagen N, Denmark Corresponding author: Peter C Gøtzsche.
Journal of the Royal Society of Medicine; 2016, Vol. 109(10) 381–392 DOI: 10.1177/0141076816666805.
Journal of the Royal Society of Medicine; 2016, Vol. 109 (10) 381–392 DOI: 10.1177/0141076816666805
(3) Cancer drugs: high price, uncertain value BMJ 2017; 359 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.j4543 (Published 04 October 2017) Cite this as: BMJ 2017;359:j4543
Availability of evidence of benefits on overall survival and quality of life of cancer drugs approved by European Medicines Agency: retrospective cohort study of drug approvals 2009-13 http://www.bmj.com/content/359/bmj.j4530
(4) Interface between authorship, industry and science in the domain of therapeutics. David Healy, Dinah Cattell. The British Journal of Psychiatry Jul 2003, 183 (1) 22-27; DOI: 10.1192/bjp.183.1.22
http://bjp.rcpsych.org/content/183/1/22
(5) https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2015/09/a-scientific-look-at-bad-science/399371/
Baker, “First Results From Psychology’s Largest Reproducibility Test” (Nature, April 2015)
(6) How Many Scientists Fabricate and Falsify Research? A Systematic Review and Meta-Analysis of Survey Data. Daniele Fanelli
http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0005738
(7) A Comprehensive Survey of Retracted Articles from the Scholarly Literature
Michael L. Grieneisen and Minghua Zhang
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3480361/
(8) Fang et al., “Misconduct Accounts for the Majority of Retracted Scientific Publications” (Proceedings of the National Academy of Sciences, Oct. 2012)
(9) Retraction Note to multiple articles in Tumor Biology. Torgny Stigbran
https://link.springer.com/article/10.1007/s13277-017-5487-6
(10) http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(11)60802-7/fulltext#back-bib1
(11) Lakhani, N. Special report: prescription medicines. The Independent. Oct 21, 2007;
(12) Anon. ((accessed May 10, 2011).) Strengthening pharmacovigilance to reduce adverse effects of medicines. European Commission, Brussels; 2008